lunes, 17 de noviembre de 2008

▒La cigarra cibernética


LA CIGARRA CIBERNÉTICA.
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NOVIEMBRE, 2 edición
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Hace aproximadamente veinte años, antes de que la tecnología Internet fuera tan accesible, éramos un grupo de aficionados a las letras, pertenecientes al Taller de Literatura de la Casa de la Cultura de Durango; entonces teníamos sueños de llegar a “las grandes ligas” como los tenemos hasta ahora. Pertenecemos, a las generaciones de los 80’, los 90´ el 2000 y continuamos incubando sueños como antecesores y precursores de las letras durangueñas. Muchos de los que han pasado por este Taller están ahora en los primeros escalones, otros en los intermedios y, los más, continuamos en la faena de lograr la primera publicación, el primer premio o, en última instancia, la condición para asumirnos poetas, cuentistas, novelistas, “literatos” pues, sin que se nos tache de presuntuosos o sentirnos fantoches ante nosotros mismos. Somos de edades, ideales, estilos y sueños diferentes pero siempre apuntalando hacia el futuro, y tenemos la convicción de que llegaremos a la meta que nos hemos pronosticado…
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Administrador y editor:
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Guillermo Romo De Los Reyes
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Maestra del taller de Literatura:
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Leticia Salazar Castañeda
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AUTORES:
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Leticia Salazar Castañeda - ENSAYO
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Guillermo Romo De Los Reyes -
NARRATIVA Y POESÍA
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Patricia Sánchez -
CALAVERAS DEL 2 DE NOVIEMBRE
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Estela Blake Gómez - POESÍA
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Valeria Bueno Alba - POESÍA
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patricia Oviedo - POESÍA
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▒Guillermo Romo De Los Reyes

Algún imbécil
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Guillermo Romo De Los Reyes
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Después de un arduo día de trabajo, Estela abordó un taxi para ir a su casa; al llegar, bajó y cerró la portezuela del coche, pero demasiado tardo se dio cuenta de que había olvidado su teléfono celular en el asiento; entró a su casa echando chispas del enojo, su esposo, al verle la cara, pregunto:
- ¿Por qué estas tan enojada?
- Olvide mi celular en el taxi, de seguro algún imbecil ya lo debió haber tomado
En esos momentos entró a la casa su hijo de dieciocho años, sosteniendo un artefacto en la mano y mostrando una gran sonrisa mientras decía:
- mira mamá, algún imbecil olvidó su celular en taxi que me trajo.
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Poeta
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El mendigo es un mudo con las comisuras apagadas
Mi escuchar y mi boca aprenden a mirar sin miedo
tocando la denudez
Sólo tengo estas letras prostitutas
que se pasean por mi lengua
las entenderé como a un lodazal:
que su fango no entinte los pies de otros
y no enmudezca los cantares de la tierra
¡Arquera palabra!
apuñalame si no hay cielos corruptos cubriendo mi espíritu.

▒Patricia Sanchez

La narco-huesuda.
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Patricia Sánchez
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Está contenta la calaca
De las modas de la raza
Eso de fumen “yerbitas”
A ella le sirve de trampa.

Todas las cosas que usan
Los jóvenes disque muy emos
Entusiasma a la huesuda
Así tendrá pronto sus huesos.

Si consumen tarugadas
De pronto se ponen graciosos
Y ya avanzada la noche
Se vuelven disque malosos..

La calaca anda rondando
Al que anda en esos pasos
Sin estudios ni valores
Arrastrándolos muy bajo.

Los adultos prevenidos
Se alejan de la calaca
Pues si se lleva a sus hijos
Armaran una alharaca.

También profes de la escuela
Se volvieron ya muy truchos
Para que ninguna droga
Le llegue a sus alumnos.

La calaca se va de la Escuela
Su venta se ha visto frustrada
Y el día de hoy con sus hierbas
No se llevará ni una alma.

La huesuda cierra el negocio
Se ha quedado en bancarrota
No se llevará ni un muerto
Pués se ha quedado muy sola

Atole sabor guayaba
Pan de muerto y cacahuates
Nadie de la secundaria
Hará ningún disparate.

Compañeros yo les pido
No agarren ninguna modita
Porque esta que se usa hoy
De veras nos perjudica.

▒Estela Blake

Estela Blake Gómez
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Generación nocturna, perseguida
Silencio de rezos son mis madrugadas
Mar de humo entre puentes de campana, tus remos
Pájaros Adonis tragando indomable tu república
Explotada doctrina, tus besos...
Apátrida indomable, criollo olvidado entre deisidas.
Estigma son mis versos entre caravanas
nocturnales que atrapan mis manos
en silente deseo
Como espuma sucumbo a tus encantos
¡Trágueme la furia por no tenerte!
Cuál caballo indomable en tu pecho
y tu sonrisa....
¡un puente al más allá!

▒Patricia Oviedo


¿Què importa si no existimos realmente?
Patricia Oviedo


¿Qué importa si no existimos realmente?
dejemos que nos cobije la melancolía
Enredaderas brotan de nuestras mentes
entre plantas marchitas y tierra infertil
Se refugian nuestros miedos
Esperando salir por las retinas perplejas
que desnudas
poco a poco van delatando
el conocimiento innato
La raíz de la vida
Sólo somos un sueño
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Regresa
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Si regresas te prometo nbo volver a beber
sacaré a pasear al perro
te recostaré en mi pecho por las noches
mientras te recito a Neruda
Un picasso nos hablará en la habitación
donde las discusiones
terminan en besos y obscenas caricias que nos dominan
Lentamente devoro los nenúfares que brotan de tu pecho
intentando saciar mi hambre
Desperté y no estabas
A ti te cuesta quedarte
A mi, dejar de beber.
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Pateando charcos
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Caminando sobre el pavimento
pateo charcos
pretendiendo salir de la cotidianeidad
Obligo a la lluvía a tragar Basura
le exijo al viento que no me estorbe
reclamos de un semáforo se clavan en mis ojos
portadores de lágrimas que golpean muros
mis gritos se los lleva el tráfico citadino
El desengaño viaja por la avenida
Vago en mi existencia
Esperando el acabose de tantos badajos.

▒La muerte de mi poesía

La muerte de mi poesìa

Valeria Paola Bueno Alba






¿Dónde quedaría yo si un día me falta papel que me esuche y pluma que entienda este pulso para desgranar mi pensamiento?
Tal vez me encontraría jodida en las garras de mi locura ingénita ,
con la nausea de la inspiración
contemplando con desamparo un drama que se crea en la boca carmesí
del despertar de mi poesía,
que crece como embrión,
que necesita agua cual semilla,
Hija de la circustancia y la emoción,
en ti se conjugan elementos
preclaros por Dios y reviven
mis nauseas para vaciarme en el ansia del papel
aquello que sólo sentiré una vida.

¡Ay! ¡que de mi se apiede el cosmos!
si el capullo de tus versos y tus rimas,
se vuelven a los ojos de la bestia
que la muerte modeló volviéndote
sombra.
Noche que te abraza y te lleva en el eco
de tu cadencia haciendo grieta tus jirones.
Harapos que penden de mi útero y esencia.
¿Con quién podría yo desahogarme para
aceptar demonios concebidos
en el tiempo que asesinará la razón?
Allí donde tú surgiste,
donde te engendre sublime y casta
Ese tiempo y ese espacio se resumen aquí,
en mis rodillas clavadas al piso
apretando los puños
esperando que puedas salir, pero no,
ya no te siento, hoy te pierdo
y el final veo gemir
enfermaré de humanismo por no poderte crear,
poesía.

▒Las mujeres de Rayuela (ensayo)


Las mujeres de Rayuela

Leticia Salazar Castañeda
De acuerdo con el argumento menos intrincado que nos ofrece esta obra, el misterioso y erudito Morelli es la oposición a las mujeres que sobresalen en la historia: la Maga, Babs, Trépat, Emmanuéle, Pola, Gekrepten y Talita; aun cuando algunas son casi invisibles, desde su escondite son ellas las que más resaltan la complicada actividad sentimental de Oliveira, así como sus actitudes contradictorias al momento de la acción amorosa o interpersonal; pero sobre todo son las mujeres las que hacen resaltar, mediante su incipiente razonamiento, la erudición de los personajes masculinos, los cuales interactúan en torno a Oliveira y éste en torno a Morelli.
Los personajes femeninos de Rayuela representan para Horacio “el todo por la parte” del género: poco a poco nos deja ver su apreciación despectiva hacia el sexo opuesto al través de una postura displicente y ambigua que pone de manifiesto la tozudez por un lado y, por el otro, la incapacidad de la mujer para reflexionar sobre las cosas profundas de la vida. Ninguna, ni siquiera la Maga, merece ser partícipe de las charlas intelectuales del Club; Horacio sobre todo, no las considera capaces de especular en el mundo metafísico y filosófico que se desarrolla en el cogito del grupo. Y aun cuando Horacio no muestra marcados sentimientos de misoginia derivados de sus conflictos personales, es claro que las mujeres no le provocan el mismo interés intelectual que los varones del Club.
La actitud de Horacio en cuanto a las mujeres del argumento nos lleva a considerar que sólo le merecen una especie de tolerancia y compasión que en ocasiones redunda en la caridad, como es el caso de Trépat y de Pola; otras veces deriva en una mezcla de burla y sarcasmo, como es el caso de la clochard. Pero a pesar de todo, se resigna a que la presencia femenina, irremediablemente es, y sea objeto y sujeto necesario en las fuerzas del azar que interactúan en toda circunstancia de la vida; por tanto, tal naturaleza merece ser explorada en toda su esencia y manifestación como cualquier otro contenido enigmático del continente universal. Al fin y al cabo (se justifica Horacio), si su relación interpersonal con alguna fémina sobrepasa los parámetros que su ideología le permite, siempre habrá la opción de “curarse como Heráclito” (quien quizá ni siquiera estuviera enfermo)
Sus aventuras, no importa la índole, con la Maga, Pola, Trépat, incluso con la clochard, no le provocan remordimiento alguno porque, en última instancia, son el género inferior. Por supuesto ello no significa que tiene permiso para agredirlas o despreciarlas, y no porque no pueda hacerlo (la misma Babs estuvo dispuesta a dejarse usar) sino porque su naturaleza de arquetipo no siente la necesidad. Horacio sabe que la mujer está siempre en busca de “su hombre” cual utopía que le resolverá la tragedia de su vida. Pero sabe también que ningún hombre, y mucho menos él, está en la vida para resolver el problema existencial de la mujer. “Alguna vez había creído en el amor como enriquecimiento, exaltación de las potencias intercesoras. Un día se dio cuenta de que sus amores eran impuros porque presuponían esa esperanza, mientras que el verdadero amante amaba sin esperar nada fuera del amor (...) De sus amantes acababa por hacer amigas, cómplices de una contemplación de la circunstancia” (R/450).
Imaginamos a Oliveira como un tipo que cumple con los cánones de belleza masculina, puesto que las mujeres lo adoraban y lo admiraban, pero siempre terminaban éstas por descubrirle su vacío, su lado oscuro “y entonces él les facilitaba la salida, les habría la puerta para que fueran a jugara a otro lado” (Id.)
Aun cuando al parecer se enamora de la Maga, sabe que el amor de ese ser, inferior y superior a la vez, jamás le conducirá al kibbutz. Y si la Maga no conduce al kibbutz, entonces no tiene sentido permanecer junto a ella. Pues nada es más importante para Oliveira que la búsqueda y hallazgo de su kibbutz. No obstante, no se resigna a perderla y continúa buscándola en Montevideo y en la persona de Talita. Mas la busca sin convicción, por mera actitud de inercia; la busca sin saber si realmente desea encontrarla porque no busca precisamente a la Maga, sigue buscando su kibbutz.
Talita apenas sí sobresale en intelecto con relación al resto de las mujeres del argumento, mas con todo su conocimiento sobre farmacéutica, Horacio no le otorga la facultad del diálogo como lo hace con Traveler; la apreciación hacia la mujer de su amigo no va más allá de ciertas charlas peligrosas y de permitirle jugar al panteón con él. Será Talita, sin embargo, el soporte provisional al momento de darse por vencido, pero sólo como una especie de armadura precaria y accidental, un contrafuerte que tal vez, sólo tal vez, lo haya salvado del suicidio. A pesar de ello, todo demuestra que el arquetipo Oliveira, tiende a depreciar el sexo opuesto apelando a la raigambre social que, desafortunadamente, en pleno siglo XX, siglo de Rayuela, el sexo femenino no muestra todavía las variantes indispensables para desaforar la tradición de su ignorancia, que le persigue a través de la historia humana.